Muchos de nosotros vamos por la vida como corriendo, siempre de prisa, tratando de hacer muchas cosas, angustiados porque sentimos que el tiempo se nos está agotando. En ocasiones, esa angustia por dominar el tiempo, por hacerlo rendir, nos lleva a menospreciar, a ignorar, algunas cosas que, a la larga son las que verdaderamente importan, como la amistad, como la atención a las personas que nos rodean, a nuestros seres más queridos.